Debido a que su implementación a gran escala ha tenido un desarrollo importante en los últimos años, podría dar la impresión que la fibra óptica es un invento bastante reciente, sin embargo, se trata de una tecnología que se ha perfeccionado a lo largo de décadas.
En 1842 Jean-Daniel Colladon, físico suizo, comenzó a experimentar con la reflexión total de la luz, utilizando un pequeño chorro de agua como medio de transmisión. Posteriormente, el físico irlandés John Tyndall, presentó sus descubrimientos ante la Real Sociedad, en los que describía cómo la luz podía viajar dentro del agua, gracias a la reflexión interna. Estos dos principios observados por Colladon y Tyndall, son los mismos que se presentan en las fibras ópticas modernas, cuando la luz viaja dentro de ellas.
Estos estudios abrirían las puertas a otros investigadores, quienes comenzaron a experimentar con la transmisión de la luz. Ya desde entonces, científicos como Alexander Graham Bell y William Wheeler, comenzaron a ver el potencial de las comunicaciones ópticas.
En la década de 1950, el físico Narinder Kapany, comenzó sus estudios sobre transmisión por fibras ópticas. En 1953, Kapany, junto al físico británico Harold Hopkins, consiguió buenos resultados en la transmisión de imágenes por medio de fibras ópticas, con una técnica que era revolucionaria para su época. Simultáneamente, el holandés Bram van Heel, desarrolló el cladding óptico, fundamental en las transmisiones modernas, ya que permite confinar la luz al núcleo de las fibras.
Uno de los primeros usos para la tecnología de Kapany, sorprendentemente no fue dentro del terreno de las telecomunicaciones, sino, de la medicina. Utilizando fibras ópticas, la Universidad de Michigan desarrolló un endoscopio semiflexible.
A pesar de los enormes avances que ya se habían obtenido hasta entonces, la fibra óptica aún se encontraba en un estado bastante primitivo. En ese tiempo, era común que las fibras presentaran pérdidas de hasta 100 dB/km en promedio, además de ser bastante frágiles. Gran parte de los problemas de transmisión de las fibras, se debían a impurezas en el cristal con el que eran fabricadas.
En 1970, un grupo de investigadores de Corning Glass, compuesto por Robert Maurer, Donald Keck, y Peter Schultz, desarrolló las que podríamos considerar como las primeras fibras ópticas modernas, con longitudes de cientos de metros y fabricadas con un material mucho más puro que el de sus predecesoras, mismo que permitía pérdidas de 17 dB/km. Posteriormente, las fibras se perfeccionarían a tal grado, que permitirían pérdidas tan pequeñas como 0,5 dB/km.
La suma de todas estas investigaciones, en conjunto con el avance en la tecnología de emisores de luz, ha permitido el desarrollo de las telecomunicaciones ópticas como las conocemos hoy en día.
A pesar de que, en la actualidad, la fibra óptica es parte de nuestra vida cotidiana y cada vez está presente en más sectores, no significa que esta tecnología haya alcanzado todo su potencial. Aún hoy, se conducen investigaciones en el campo óptico, que podrían traer nuevos avances aplicables a la fibra óptica. Solo el tiempo dirá qué nuevos horizontes cruzará la fibra óptica en el futuro.